lunes, 12 de enero de 2015

BWW 244

PREFACIO. Ahora todo es color azul y un poco blanco. Las luces van desapareciendo conforme las ideas van llegando. De repente no hay nada a mi alrededor y lo único que encuentro es una imagen, cargada de lo que quiero ver y de lo que está lejos de mi. Trato de escribir lo más rápido que pueda para no borrar lo que ya he escrito. No me detengo en regresar a leer lo que quiero desaparecer.

Bach está sonando. Los artistas son una especie de magia natural que cada uno tiene. Me duele la cabeza de tanto pensar que existo. Llamo por teléfono para fumar mota. Drogarme viendo las luciérnagas azules que son mi serie navideña. Saber que existo es muy difícil de aceptar, tal vez Bach nunca lo hizo y por eso escucho su perdón. Sé que casi no existimos porque cada átomo tiene 0.0000001% de lo que somos nosotros. A veces esas imágenes me causan un pavor de no ser. Después escucho a Bach y es como si ese espacio vacío de un átomo fuera de lo que verdaderamente se lamentó Bach; y entonces existió en el espacio vacío. Lo aceptó para crearlo. Y entonces sé que él es todo. Una forma tan grande de ser. Por eso al escucharlo e interpretarlo nunca acabamos de entenderlo, porque casi no oímos lo que escribió, solo lo comprendemos un 0.0000001% de lo que es. Ese vacío es a lo que llamamos desconocido. Una fuerza sobrenatural que nos aplasta dejándonos cada vez menos porcentaje para vivir.


jueves, 29 de mayo de 2014

HEÇ BIR ŞEY

ACTO I

El hombre se mira en un espejo con las lágrimas caídas. Las ventanas están cerradas y nadie puede verlo, solamente la cámara. La escena transcurre en ausencia de color y la única luz que vemos es la que mira directamente a su ojo frente al espejo. Él no tiene una sonrisa ni está serio. Permanece de pie, firme y derecho. De pronto el techo se empieza a derrumbar y cae pedazo por pedazo, también cae agua de lo que viene siento la azotea; agua que parece lluvia y que a veces cae a chorros. Las gotas caen sobre el espejo y sobre el cuerpo desnudo de él. No parece tener frío. Entonces él busca, a través del espejo, las estrellas infinitas. No se sabe si es de noche o es de día pero él lo hace. Todo dentro de él está lleno de caos. No tiene medida de espacio y tampoco de tiempo, parece perdido en su realidad además de solo.

A lo lejos del espejo, dentro de la ausencia de luz, vemos un punto blanco que parpadea hasta quedarse estático y cada vez hacerse más pequeño hasta que su luz casi no se note. Él ve la luz fijamente aunque su pupila se encuentre negra; cada vez se fija más y más hasta que todo se acostumbra a ver la oscuridad sin la aparición de más puntos, como estrellas, y solamente se queda uno, uno solo en la infinidad.

Se comienza a escuchar melodías hechas por la Unión Soviética y pequeñas frases de hombre y de mujeres como: "¿entonces qué haces despierta?, me vuelves loco Julieta, infinita levedad, ¿vas a regresar?", seguido a esto él cubre sus ojos con sus manos y las aprieta fuertemente contra su cabeza hasta que el sonido se apaga y solamente se oye un pequeño zumbido que entra hasta su cuerpo. Toda su cabeza comiera a sudar, seguido por sus axilas y los pliegues de sus rodillas. Él comienza a romper el espejo con sus puños hasta que sangran. El espejo no se rompe totalmente dejando la parte de la cabeza y de la cintura. De nuevo el techo comienza a caerse y una luz se posa en la boca de él. Cuando empieza a llorar lleva su mano hasta su pene y comienza a masturbarse. No emite ningún sonido, ninguna emoción. Después comienza a caminar muy lentamente arrastrando los pies por el concreto, pisa un libro, pisa una carta hasta caer de rodillas y volverse a tapar los ojos con sus puños y esta vez apretarlos mas fuerte. Todo se va a negro.



No sé como describir lo que siento. Sé que cada ser humano es diferente y que ninguno puede entender lo que llamo como auto-entropía. Sé que dentro del caos hay un orden y eso es lo que no puedo explicar. He comentado mis días y mis pensamientos con muchas personas, he compartido mi caos y la gente cree entender lo que pasa relacionándolo con algo que le sucede. Es el orden lo que comparo con un hoyo negro, tan intenso. No me quiero suicidar por que sé que tengo el coraje para hacerlo. Después comprendo que esto no es adolescente y trato de respirar. Quiero contar mi historia para tenerlo todo claro y después poder dormir.

martes, 29 de abril de 2014

El doble

La perfección en cada palabra lleva su sentido.
Un sentido que es signo de algo que se escribe de verdad.

El día de hoy me siento en otro estado, en otro sentido de mi.
Curiosamente he querido sentirme así, y  a veces lo deseos pueden cumplirse aún más profundos de lo que se piden. El día de hoy empiezo creando una atmosfera que me agrada y disfruto, pero en el sentido total de la palabra aborrezco en consecuencia de no saber qué es realmente lo que me sucede.


He jugado con la magia últimamente y he creado teorías que abarcan las entrañas del universo y del tiempo que ahora no percibo sentir.
Andrei Tarkovski me enseñó que el problema con la juventud es que no quiere estar sola y que, con tal de lograrlo, pasa por enfermedades y violencias que acaban destruyéndola cada vez mas.
Que estar solo contempla no solo la soledad, sino la razón y diferentes sensaciones de vida que no sabes que existen pero están ahí. Yo creo fielmente en esto. Hay que estar solos y poder encontrar la magia que vas a decidir utilizar para poder tener tu alma en paz, pero a veces eso es muy difícil y se puede confundir con estar solo y estar completamente solo.

El arte es la vocación mas complicada del ser humano. No sé si la mas placentera, pero si la vorágine más desenfrenada.
Quien decida congelar su universo para poder crear otro completamente diferente, que lo complementará y que a su vez será su única sensación de vida sintiendo así de nuevo la falta, podrá sentir que estar solo es la única cosa que vale en la vida, desencadenando así una serie de pasiones que la conforman.


Mientras descubro el sentido, a partir de mi melancolía, cosa que he sentido esta mañana y desde hace tres días y no logro descifrar la razón de su existir, la razón de tenerla creyendo así que no se busca una razón, si no mas bien se siente, porque el alma no da razones, simplemente te hace sentir, sentir agua, sentir viento, sentir fuego, sentir tierra,  quiero no hacer nada, o solo platicar con un amigo. 

sábado, 12 de abril de 2014

Leer

Con plausibilidad en la realidad puedo entender que noche tras noche y día tras día puedo llegar a descubrir sentimientos, ideas de humanidad y aromas tan oníricos que solamente necesito escuchar para poder disfrutarlos. Tengo clase, tengo hora libre, creo que salgo, subo las pesadas escaleras de la biblioteca y encuentro el pasillo PN, me río un poco como niño infantil y mocoso. Encontrar tanta magia y desconocido, todo, como ratón de biblioteca, es solo cosa de quererla. Salgo apuntando mi cadena de libros que me llevaré a casa para querer terminarlos.

He leído de cine, pero me encuentro con la pequeña casualidad que no es cine lo que estoy leyendo, estoy leyendo pedazos de palabras compuestas para formar una noche la cual trataré de no dormir. Cada vez que lo hago, aunque sea unos 10 minutos, me siento como bulímico comiendo, con 5 no. Me sentiría estúpido escribiendo en esta hoja palabras como: la lectura que he podido degustar ha causado en mí un sentimiento intrínseco que sustituye la falta de lo que es ser y de lo que necesito en el tiempo-espacio de hoy.

Mejor puedo decir la verdad, y ésta es que cada vez que sabía que iba a leer otro libro de arte me sentía con el alma entumida y esperando la sorpresa. Al día siguiente mi alma estaba adormecida y mi cuerpo un poco anestesiado, lo único que no me gustaban eran mis ojos que se cerraban y se abrían al momento que recordaban que debía seguir. Realmente puedo decir que el libro que más me ha fascinado es el de Fellini, pues me enseña que el cine tiene que ser un desatino. Nunca me había divertido tanto en un libro y no había descubierto eso que buscaba en otra manera.  Fellini es tan divertido y me reía tanto. Acabé el libro la mañana siguiente no queriéndolo soltar y planeo no devolverlo a la biblioteca. Mi último libro de cámara y alma fue de Octavio Paz en su dedicación a Luis Buñuel, y sentía una extraña sensación de necesitar masturbarme con cada idea de espejo, de deseo y realidad. Extrañamente nunca logré un gran placer sexual pero me invadió una esencia cada vez que daba vuelta la hoja.

Entre tanto alboroto logré rescatar a Albert Camus en su revés, y fue quien me hizo pensar que necesitaba escribir y decir de una manera extrañamente anestesiada lo que he sentido estos últimos días. He pasado por Tarkovski, Kieslowski y sus películas mágicas a las tres de la mañana junto con Solaris, y es cuando llego a meter la mano al pantalón y todo lo hago en mi mente. Parece una enfermedad cuando llego a Sergei Einstein y su doctrina de hacer cine, su ciencia y su clara precisión en cada movimiento y en cada A B B C y puedo decir que cuando acabé el cine de éste me sentí una pequeña partícula en el espacio que no era nada comparado con la mente de EL ARTISTA. Cuando salgo de mi cuarto o de la sala de edición de la escuela leyendo mi libro, caminando tres cuartos para no caerme, siento que no quiero verme idiota y no lo hago porque no me siento, si me viera puede que me creyera un bueno para nada.

En medio de los días llegué a Veracruz y odié tanto no poder coger el libro y leer mas de una página, frustrado un poco disfrute del norte que llegó. Simplemente maravilloso.
La idea de espacio y de tiempo hacen que llegue a este lugar, ahora, escribiendo. De esas veces que tu mente tiene muchísimo y dices tan poco. Llevo tan solo 7 libros en la semana y lo peor de mi casa es mi cama, pues la montaña de libros impide mi descanso, aunque me encanta.



Esta amaneciendo, ¡tengo tantas ganas de leer! y no lo quiero hacer, se sus consecuencias.






lunes, 4 de marzo de 2013

El Pirata Noble



Fue una tarde como si nunca hubiera existido. Se sentó en la madera observando el último atardecer de su vida.

Recordó tantas cosas, tantas personas que existieron al andar y que ya no estaban cuando juraron estar por siempre y jamás. Él estaba solo, sentado, esperando como animal nuevo un mejor hogar, una nueva sabiduría y otro espacio donde olvidar lo del pasado, simplemente olvidarlo.
Su vida no había sido muy satisfactoria, era como cualquiera de los demás, aunque solo cambió una sola vez.

Cambió una mañana con su amanecer, donde empezaba el día, donde empezaba su vida y sus sueños. Ese amanecer corrió despavoridamente hacia la arena, se escondía como siempre de los guardianes de la escuela que lo veían fugarse una vez mas.

Todavía no se iban los colores naranja y amarillo del amanecer cuando al fondo del mar de Colón vio una gran nave, una de esas cosas que te hacen estar allí, de dar lo que sea por poder tenerlas. A él se le ocurría poder robar la nave, y después robar el mar, para que ya no fuera de Colón de las Américas, sino de Evan, el pirata noble se haría llamar.

Esperó al barco sentado en la arena casi doce horas sin que nada pasara, con el sol poniéndose y las esperanzas casi caídas.

Lo esperó treinta dos horas.

Lo esperó cuarenta y tres y media horas y nunca se acercó ni siquiera un milímetro. Fue entonces que el pirata noble se hechó a llorar en la arena, porque nunca podría subirse a ese barco de sus sueños, sus deseos se iban acabando poco a poco con los colores el cielo que caían al atardecer igual que él.
Así que no regresó a casa, fue con un amigo para decirle que se fueran, que serían piratas juntos, que saquearían todo lo que podrían, que lucharían por un día mas de vida en la mar. Le prometió que regresarían antes de que murieran para poder ser enterrados con su madre y su padre. Le dijo que zarparían en una balsa que robarían al amanecer y que, allí, empezaba el encuentro con su vida, sus sueños y el amor.
Su amigo se emociono tanto que su cara se puso roja de emoción, corrieron por el jardín de la plaza gritando que serían piratas...

-Cuídense de mí-
- Y de mí-
- Que juntos pelearemos como héroes por la libertad-
- ¡el ron de las películas!-
- ¡y por la mar!-

Llegó el amanecer y su amigo nunca llegó.
El pirata noble tenía que zarpar en cualquier momento, pues la balsa de madera también se iba a ir pronto a su viaje matutino y su amigo pirata también no acudía al llamado.
Fue necesario repetir, su amigo nunca llegó.
Así que zarpó con  lágrimas esparcidas por toda su cara, empapada de ilusiones rotas por un amigo que dijo "nunca abandonarle", pero el amor por lo desconocido era mayor que cualquier promesa y se fue a la mar.

No sabe cuantos días trató buscando su nave perdida en la mar de Colón que nunca llegó a ella.
Fue entonces cuando su alma pequeña se soltó a llorar.
Estaba solo en la mar de Colón, sin comida y sin agua que beber, pues toda el agua que le rodeaba estaba envenenada de sueños que no se cumplieron, de vacíos que el tiempo forjó con tripulantes embrujados y piratas muertos.

Entonces vió un enorme y hermoso barco que se iba acercando a su balsa casi hundida, se detuvo a su lado y se vió un señor muy bien arreglado que gritó :
-          ¡Ven aquí ! Se que buscas el placer, la vida de fiesta, ven al crucero donde pasarás el resto de tu vida gozando en alta mar.
El niño, muy asustado y preocupado preguntó :
-          ¿Quién es usted ? ¿Cómo se llama su barco ?
-          Se llama el Cielo y te esta esperando.
-          ¿Conoceré el mar ? ¿Veré todos los atardeceres del mundo ?
-          Eso no, la mar no está hecha para un niño como tú, pero si toda la diversión de aquí.

El noble pirata pensaba que el mar no dejaba de atraerle a pesar de que fuera muy peligroso, así que dudó con el alma y corazón y rechazó la oferta, dijo que su sueño era conocer la mar, no vivir con placeres ni vidas arregladas.
Así que el barco se fue para nunca mas volver.
Entonces vió a lo lejos un señor muy moreno también naufrago como él, le gritó tan fuerte que su corazón se detuvo a ratos. El señor moreno con barba blanca nunca le dirigió la mirada pero su madera se iba acercando a su balsa con mitad de agua.

-¿Quién eres? ¡Ayúdame por favor!-

El señor no le contestó por un momento, después, sin mirarlo a los ojos le dijo claramente:

- ¿Tú quien eres?
- Yo soy Evan, ¡el pirata noble!-
- ¿Noble? No había oído ese subtitulo del amor a la mar.-
- ¿Eres humano? - le preguntó con miedo el niño casi perdido en sus ojos.
- No lo soy. Soy de la ciudad llama el Cielo.
-¿El Cielo? Pero un barco que me prometió lujos y comodidades también se llamaba el Cielo-
-Ese no es el cielo, ese es el Averno, lugar donde se entra al inframundo para no volver jamás. Ahí se quedan muchas personas que por lujos y comodidades olvidan su verdadero sueño, su verdadera lucha por ser quienes son.
Si vienes conmigo tu sueño será cumplido y podrás vivir en la mar, conocerla y ser feliz en ella.
-          ¿Nada de trucos ?
-          Nada que no puedas ganar para vencer tu anhelo.

El pirata noble se fue con el señor de barba blanca y cumplió su sueño a base de esfuerzo y sacrificio. Cuando creció ayudó a los demás sin importar que es lo que pedían y formó su propia tripulación para manejar en aguas claramente desconocidas. Tanta confianza tuvieron  sus agentes que lo hecharon al mar para quedarse con su barco, los lujos que había cosechado y el mar, pero el mar siempre fue de el pequeño noble pirata, que naufragó las ultimas semanas de su vida justo donde había encontrado al barco y al señor moreno, lo recordaba por la posición de las estrellas.

Entonces recordó el principio de la historia, donde muere lentamente igual que el sol en el ultimo atardecer que vería en vida. Navegó por más de cincuenta años en el mar, vivió feliz y encontró la felicidad y tranquilidad espiritual que un amanecer de infancia le hizo reclamar. Así que vió el sol irse lentamente, lloró con melancolía de dejar el amor, su mar, el mar que el  pequeño noble pirata siempre amó, que siguió sus sueños y luchó por ellos.

Se recostó sobre la madera que flotaba en el agua de colores, el sol desapareció y su alma de lucha y siempre infantil el agua se llevó.